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| Estación 25 de Agosto, Florida, Uruguay |
Uruguay 2011. Las razones de un viaje.
Argentina y Uruguay eran una cuenta pendiente desde hacía años en mi agenda de viajes. La situación política y ferroviaria de estos países años atrás era un problema que me hacía desistir de mis proyectos, todo y los lazos, podríamos decir sentimentales, que me unen a dichos países. Aunque no tengo familiares directos allí, siempre se habló en casa en términos muy positivos de ciudades como Buenos Aires y Montevideo, pues mis bisabuelos vivieron en ambas varios años y mi abuela, aunque menorquina, tuvo hermanos nacidos en una y otra ciudad. La predilección (no se enfaden los lectores argentinos), era por la segunda ciudad pues, seguramente su carácter ya marítimo, lo hacía más agradable a personas que provenían de una isla.
Hoy, quien más, quien menos, tiene amistades de uno u otro país, o como es mi caso, de ambos. Es así, como oyendo cosas y viendo fotos de lugares, decidimos emprender viaje el pasado enero a Buenos Aires y Uruguay. La disponibilidad de días, las ganas de descansar y disfrutar del buen tiempo hizo que nos centráramos en Uruguay, dejando el conocer Argentina “a fondo” para más adelante.
Interés ferroviario
Al margen de lo indicado más arriba, los ferrocarriles de Uruguay siempre me han resultado interesantes. De hecho, ya hace años, contacté con AFE que remitió estadísticas y unos ejemplares de la revista interna “Rieles” que seguramente los aficionados uruguayos recordarán. Curiosidades como los coches motores Ganz de los años 30, de la família Árpad de los MÁV (ferrocarriles húngaros), y que circularon también en España, Rumanía, Checoslovaquía, Egipto hacían acrecentar este interés.
Ruta
Desgraciadamente, el estado de la red ferroviaria y la reducción al mínimo de los servicios de pasajeros, obligó al alquiler de un coche. Esto, visto con detenimiento, puede ser también una ventaja para el “fotógrafo ferroviario”, ya que la autonomía permite acercarse a puntos imposibles de acceder en caso de estar viajando dentro del tren. De Buenos Aires, llegamos a Colonia del Sacramento en Buquebús.
Una visita al edificio de la estación rehabilitado y al resto de instalaciones, ya abandonadas, no puede hacerse sin sentir pena y sin dejar de pensar en lo beneficioso que sería tener una conexión ferroviaria eficaz con Montevideo desde aquí. El camino a Montevideo desde Colonia nos llevó varias horas más de las que suele emplear el viajero o turista corriente... Hubo desvíos de la carretera principal para visitar Colonia Suiza o Nueva Helvecia y San José de Mayo y 25 de Agosto.
Es en esta última población donde, de repente, confluyeron todas esas cosas que comentaba más arriba y que me hacen al ferrocarril Uruguayo, tan familiar. Unas instalaciones y aspecto puramente ingleses que me trasladaban a los FF.CC. de Mallorca o al F.C. Lorca-Baza-Áquilas del Great Southern of Spain. Más tarde, la vista de una locomotora Alsthom, otro punto en común...
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| Alsthom actuales de los ferrocarriles uruguayos. |
Las Alsthom de AFE son de la misma familia que las construidas para el Ministerio de Obras Públicas durante los años cincuenta y que fueron distribuidas entre varias compañías ferroviarias de vía estrecha en aplicación del Plan de Ayudas del Estado a dichos ferrocarriles. En Cataluña, dichas máquinas nos son muy familiares ya que, en dos lotes, llegaron a las líneas de la Compañía General de Ferrocarriles Catalanes (ancho métrico: líneas de Barcelona a Igualada, Manresa, Súria, Olván y Guardiola), donde realizaron servicios de arrastre de viajeros y pesados mercancías. Tomadas las fotos de rigor nos dirigimos a la siguiente parada de nuestro viaje: Montevideo.
Montevideo
Esta ciudad nos ofrece la antigua Estación Central que, lamentablemente para los que seguimos el tema de este histórico edificio, nos deprime cada vez más... El Museo Torres-García, si nos gusta el arte y los trenes, nos brinda la posibilidad de ver pintados tranvías de Barcelona y, dibujados, el tren a Pando del FCCU o la estación de Mataró de MZA.
Otra vez el disfrute de coincidencias sin fronteras y, tras leer aquello de: “porque en realidad el Norte es nuestro SUR”, que dijera Torres-García, empiezo a pensar en lo mejor que irían ciertas cosas si asumiéramos una realidad así. Montevideo ofrece, además, al turista ferroviario, Peñarol que podríamos definir entre un museo viviente y una lucha por la supervivencia del ferrocarril.
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| Restos de la antigua estación de La Paloma, frente mismo a la playa. |
Hacia la Pedrera. Final y descanso
El viaje prosiguió a La Pedrera, ya cerca de cabo Polonio, con un desvío a Ingeniero Víctor Sudriers . La razón de desviarse a Sudriers no es otra que esperar la llegada del famoso coche motor Brill que ese día lo hizo bajo un cielo amenazante de tormenta.
En Cataluña se conoce bien la marca Brill, pues además de suministrar trucks y bogies para tranvías y Metro de Barcelona, entregó dos series de automotores eléctricos (10-27 y 301-312) a Ferrocarriles de Cataluña. Hoy se conservan una unidad de cada serie y se utilizan en servicios especiales de Ferrocarrils de la Generalitat (líneas de ancho de internacional de Barcelona a Sabadell y Terrassa).
Finalmente llegados a La Pedrera, y con días de descanso por delante, una nueva sorpresa se presenta: la estación y triángulo ferroviario con vías de acceso al puerto de La Paloma. Y aquí volvemos a pensar lo mismo que al inicio del viaje en Colonia: ¡Qué lástima no poder llegar a Central en coche motor!
Miguel A. Haro
