Iniciamos un nuevo espacio - al que invitamos a todos los amigos que se quieran 'subir' - se trata de Viajes en el Tiempo, donde iremos incluyendo los recuerdos de viajes pasados y los intereses que los motivaron. No encontramos mejor disparador que solicitar a Daniel Virué, profesor de Geografía jubilado, creador del blog amigo Presidente Derqui en Tren y que ha recorrido el territorio patagónico argentino de punta a punta.
Nuestra conversación partió de comentar los libros básicos , de la literatura de viajes en esta región del planeta, esto es "En Patagonia" de Bruce Chatwin, la versión que estupendamente hace Enric Soler i Raspall en su opus "Per la ruta 40" siguiendo los pasos del inglés y otro que he leído con fruicción de Mempo Gianardelli "Final de novela en Patagonia" muy recomendables ( y ubicables los dos últimos en las bibliotecas de Catalunya ).
Los dejamos con Daniel y su relato :
He leído mucho sobre la Patagonia y con los años ( ya tengo 60 ) la he podido recorrer y conozco casi todo a ambos lados de la cordillera.
En el verano de 2009 pude cumplir un sueño : en barco hice Montevideo-Madryn-Malvinas !!!!-Cabo de Hornos-Ushuaia-Punta Arenas-Puerto Aysén-Puerto Montt y Valparaíso-Santiago.
El libro de Chatwin es muy resistido allà, he hablado con la nieta del galés del "Malacara" y lo detestan, yo creo que no entendieron y/o aceptaron las licencias literarias
que el escritor se tomó.
Como todo gringo, vino con preconceptos y adaptó lo que veía a ellos.
Como dijo Jauretche : “el sombrero està hecho, ahora hay que ajustar la cabeza “.
A propòsito de ello hay un libro del fallecido Jimenez Hutton que justamente se llama "La Patagonia de Chatwin" en el que el autor hace el recorrido de Chatwin años después y habla con la misma gente : la mayoría de origen británico, le expresó su desagrado al ver lo que el gringo habìa escrito. En fin...
En cuanto a tu propuesta....encantado.
A mi - como todo viejo- me gusta narrar anécdotas y describir lugares, de los lugares que conocí con mi viejo Renault 12 cargado de hijos y en carpa.
Espero les guste.
Nuestro primer viaje patagónico, 1972.
Patagonia fue siempre un sueño para los de mi generaciòn, que allà por fines de los ’60 y principios de los ’70 queríamos cambiar el mundo, qué mejor que empezar por cambiarlo desde nuestras propias vidas.
Nacidos y criados en Buenos Aires o en el Conurbano, la vastedad patagònica era la invitaciòn a una vida diferente. El carácter despoblado y el misterio que rodea al extremo sur del continente siempre invitaron màs que otras partes de nuestro paìs, que con los años descubrimos también hermosas.
Soñar, aún antes de conocer, los valles cordilleranos y los lagos, la pureza de los Parques Nacionales y la soledad de las mesetas y el mar. Pero ir no era tan fácil.Mi primer viaje patagónico fue en el 72 con quien desde hace 38 años es mi esposa.
Alimentando el sueño de un mejor porvenir planeamos una recorrida por el valle inferior del Chubut dado que en las colonias galesas ella tenía conocidos – siempre los hay -y alguna oportunidad laboral.
Nos casamos un 24 de agosto del 72 y dos días antes se habían producido los fusilamientos de los militantes políticos en la cárcel de Trelew (ciudad de Lewis, en galés) y desde allá nos llamaron aconsejándonos un cambio de destino por nuestra militancia y pertenencia universitaria.Así lo hicimos y pocos días después salimos en tren desde Constitución hacia Neuquén .En esa ciudad que por entonces se acercaba a los 100.000 habitantes también pensábamos conseguir trabajo para radicarnos.
El viaje en el “Zapatero” ( así se llamaba popularmente al tren ) fue bueno, todavía la empresa ferroviaria nacional (Ferrocarriles Argentinos) era confiable y el mantenimiento de la infraestructura y material rodante màs que aceptable. Ademàs, desde mediados de los ’60 MATERFER en Córdoba producía coches de todo tipo para larga distancia y estaban prácticamente nuevos, solo los Pullman eran Hitachi o tal vez algún Werkspoor holandés .
Pese a mis conocimientos teóricos—yo era en ese entonces un estudiante de la carrera de Geografía en la Facultad de Filosofìa y Letras de la U.B.A.,la primera impresión al bajar del tren una fría mañana de agosto fue la extrema aridez del paisaje y el color ocre predominante en las bardas, tan diferente de las verdes llanuras que rodean Buenos Aires.
En verdad, mucho en Neuquén no pudimos hacer, salvo recorrer El Chocòn - una de las grandes represas en el Rìo Limay - y visitar amigos.A los dos días nuestras intenciones de radicarnos en la Patagonia se habían desdibujado un poco pero no nuestras ansias de conocer.
Nos embarcamos en un ómnibus y llegamos a San Martín de los Andes.
El paisaje de la Vega Maipú, el lago Lácar y el cerro Chapelco con sus pistas de esquí, los paseos en lancha por el lago hasta la frontera con Chile en el Paso Hua-hum, fueron parte de este primer viaje que grabó en nuestras retinas paisajes para volver.
Y así lo hicimos en febrero del año siguiente pero esta vez con mucha más aventura.
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